lunes, 13 de abril de 2009


Estabamos en Valença por la mañana y mi bicicleta empezo a mostrarse fatigada, ciertamente fruto de los casi 15 mil km que la tengo. Portanto la lleve a un mecanico de bicicleta y como andava curto de diñero, o sea, solamente me quedava 150 euros para gastar en todo Portugal y el Mediterraneo español ( tarea casi imposible), hablaba de mi proyecto com Joao, persona sencilla y con un grande corazon. Elle hizo lo que pudo y no cobro nada, apoyando mi proyecto. Agradeci de nuevo el esfuerzo de personas como elle que sin cobrar nada dan parte de la sua existencia a un trabajo completamente autruista y salimos de Valença rumo a Esposende, una ciudad de tenia un cuerpo de bomberos voluntarios. El dia no nos acompañavan, somprando un viento infernal y lluvia. Pero despues de viajar casi 80 km, finalmente a las 18:00 horas llegamos a lo que parecia ser una ciudad triste debido al tiempo que hacia. El comandante de lo cuerpo de bombeiros voluntarios de Esposende no estaba y fuimos buscar el cura de la ciudad, el Sr. Delfin, quien, a principio, parecia molestarse con la nuestra llegada, pero en la verdad hizo todo lo que era a su alcançe para hospedarnos.

En un momento dado, pregunto ¿ Que van a cenar ? y yo respondí ... posiblemente pasta con atún ... y él contesto ... bueno, entren las bicicletas y vamos hasta el restaurante Foz do Cávado que yo pago la cena ... Sin duda el cura Delfin nos ha enseñado que las primeras impresiones que todos nosotros hemos tenido alguna vez as vezes son equivocadas y que aquella cena era el símbolo de la "Santa Cena" donde los panes y vino se multiplicaran teniendo a Cristo como anfitrión.

Por la mañana habia sol, tudo estaba mas radiante, la ciudad de Esposende, los extensos areais y dunas y la certeza de que, quizas, volvamos algun dia a este "privilegio de la natureza", como se conoce Esposende. Marchamos en dirección a Porto, ciudad emblematica para un brasileño y quizas para un catalan, debido a la calidad de los viños. Pero antes pasamos por ciudades donde habia un gran numero de ciclistas, esto por que era domingo o por que hacia sol. Lo cierto es que, en parte nos perdemos entre calles, alamedas, carretera y la gente.

Pero enfim estabamos avanzando y llegamos a Porto, pero no sin antes tener un susto que hace con que casi entro en las estatisticas de ciclista atropellado. Por poco o mejor dicho, por una mano de mi santo protector ( y supustamente tambien del conductor) no fue victima de la arrogancia y poderio de los coches hacia a las bicicletas y esto es que yo tenia razon. Bien, pasado el susto, fuimos al cuartel de los Bomberos Voluntarios y este nos acogio gentilmente por dos dias. Como las bicicletas tenian sufridos mucho por la arena del aire y nuestras piernas estaban cansadas, hemos hecho lo que hacen la mayoria, descansar y conocer.

Porto es una ciudad donde el casco antiguo es muy parecido con Salvador de Bahía, en Brasil. De ahí es que surge, quizás, en los tiempos de colonia, esta idea "estrafalaria" de colonizar los altos y los bajos de una cierta región. Todo junto, apretado, con la gente conviviendo junto con las ropas recen lavadas estiradas en los balcones, un verdadero caos dentro de la ordem. Mas és una ciudad con un encanto especial, con el rio Douro servido de targeta postal.

Após el periodo de estos días, continuamos nuestra peregrinación rumo a ciudad de Fatima, parando ahorra en Aveiro. De nuevo fuimos pedir ayuda a los cuerpos de bomberos voluntarios, siendo una vez mas las nuestros "preces" por un techo ouidas. Despues de ducharnos fuimos hacer algo importantisimo, quizas fundamental en nuestro recorrido ... cenar un menu portugues. Con un gasto que no sobrepasa los 7 euros por persona, comimos pescado y cerdo con vino del "Porto" y postres. Un verdadero festin para estomagos acostumbrados con pasta o pure de patatas.

Aveiro es la entrada de una marisma y presenta muchos canales navegables, pero creo que el modelo de desarrollo para la region, la administracion del local se equivocaran pues es uno de los principales polos de las papeleras europeas.

O sea, las afueras de Aveiro lo que se respirava era eucalipto australiano, pinos nordicos y una peste produzida por la clorificación de la pasta de papel, que yo , por supuesto, tenia que respirar por kilometros y kilometros el olor de la contaminación de estos parajes que a principio de todo, debia ser un emplazimiento magnifico cuanto a ecosistemas naturales. Ahora solo resta la ciudad, con sus bellezas arquitectonicas y historicas mezcladas con shoppings y "Mac Donauts".

La mañana seguiente partimos hacia Figueira da Foz, cuidad ubicada a la foz del Rio Mondego y tambien con su industria de celulose, pero mas volcada al turismo, tanto és asi que posui el mayor casino del pais nos recibio con malas noticias. Como el cuerpo de bomberos voluntarios estaba en obras y la Cruz Roja no tenia condiciones de ayudar, partimos hacia el proximo pueblo que supustamente tendria otro cuerpo de bombeiros, Monte Redondo, a cerca de 30 km a mas, lo que nos hizo en aquell dia pedalar casi 120 km. Pero ahorra estabamos mas proximo de Fatima, el "Altar del Mundo" como costumbran a definir este centro religioso, uno de los mas importantes del mundo catolico.